Mediante un sistema de gestión, se da de alta el carucho, cargando: fecha, código particular del cartucho, nombre  y apellido del cliente.

Se verifica eléctrica y físicamente si el cartucho se encuentra en condiciones de ser recargado.

Una vez que el cartucho llega a esta estación,  es cargado con máquina de vacío y control de inyección específico para introducir la cantidad de tinta exacta, garantizando de esta manera que no se formen burbujas de aire y derrames posteriores de la carga.    

En esta última estación se realiza la prueba de correcto funcionamiento en las maquinas correspondientes a cada cartucho, imprimiendo la hoja de prueba con los datos del cliente, se etiqueta el cartucho y se empaca con su respectiva hoja de calidad en un envase termo sellado listo para la entrega al cliente y dar de baja en el sistema.